Hay una regla que, sí o sí, se cumple en Internet: Si no eres dueño de la plataforma, no eres dueño del contenido.
O al menos, no eres dueño para lo que interesa, que para lo que no (responsabilidades) bien que sigues siendo dueño.
Por esta santa casa ya hemos hablado en más de una ocasión del riesgo que supone delegar el control de nuestro contenido en plataformas de terceros.
Es muy cómodo, por supuesto, ya que nosotros no tendremos que encargarnos de gestionar la parte técnica. Pero a cambio perdemos el control (obviamente). Algo que echaremos de menos cuando, de pronto, y por el motivo que sea, nos afecte negativa o reputacionalmente.
Este fue el caso de varias newsletter alojadas en Mailchimp, probablemente el proveedor de email marketing más conocido del mundo, y precisamente uno de los que en la consultora usamos para gestionar la comunicación de algunos de nuestros clientes.
En 2018 (EN) MailChimp prohibió los contenidos sobre blockchain y criptomonedas, aludiendo a la acumulación de «quejas de abuso superiores al promedio» en campañas alusivas al tema.
Exactamente la misma excusa que esgrimieron en su día también las plataformas de pagos online con sectores como el del Tarot.
Como comentan por Microsiervos (ES):
A pesar de aquello, ciertos contenidos lograron sobrevivir en la plataforma durante los años posteriores, hasta ahora. Durante la última semana, se aplicaron suspensiones sobre cuentas que, aparentemente, se mantenían funcionando alineadamente con sus términos de servicio.
Entre los afectados por esta medida se encuentra Decrypt, medio de comunicación digital dedicado a las criptomonedas y tecnologías relacionadas. Daniel Roberts, su editor en jefe, comentó este martes que Mailchimp suspendió la cuenta del boletín de noticias de su publicación «sin advertencia ni explicación».
El mismo martes, Edge, un monedero de criptomonedas de autocustodia, reportó también la eliminación de su boletín de Mailchimp.
El miércoles, Messari, un proveedor de inteligencia de criptomercados, también vio su boletín de correos electrónicos afectado por esta medida. “No solo hubo cero advertencias, ni siquiera podemos acceder a nuestras listas de suscriptores (de las que afortunadamente tenemos una copia de seguridad porque no confío en nadie)”, comentaron desde el área de marketing de Messari.
Previamente, el 5 de agosto, la marca de blockchain Cryptoon Goonz corrió la misma suerte. Jesse Friedland, miembro del equipo de Cryptoon Goonz, compartió en Twitter la respuesta que recibió al respecto desde Mailchimp.
Mailchimp dijo que la necesidad de eliminación de esta clase de cuentas estaba relacionada con «proteger la capacidad de entrega» de sus clientes. Con respecto a la puntual consulta de Friedland, Mailchimp dijo que el riesgo asociado con la cuenta de CryptoGoonz era «demasiado grande» para permitir sus envíos.“No podemos permitir negocios involucrados en la venta, transacción, comercio, intercambio, almacenamiento, comercialización o producción de criptomonedas, monedas virtuales o cualquier activo digital”, señala la respuesta.
Para todos estos negocios, el que de pronto su principal canal de comunicación con su audiencia deje de existir es, como cabría esperar, dramático.
Ya no solo por la pérdida del canal en sí, sino porque además, esta situación, lleva asociada una crisis reputacional muy compleja de afrontar:
¿Cuántos de esos suscriptores serán ahora más reacios a volver a confiar en estas marcas, si la plataforma que hacía de intermediarios ha considerado su contenido como potencialmente dañino?
Y ojo, tanto para los afectados… como para la propia Mailchimp, que tras el revuelo acaecido estos días por esta decisión ha publicado una carta de su CEO (EN), renunciando al puesto (la forma bonita de decir en la industria que te han «invitado» a que te vayas).
En CyberBrainers, con nuestros clientes, siempre intentamos apostar por plataformas bajo su propio control. De esta manera, tanto si el día de mañana seguimos trabajando juntos como si no, serán ellos los dueños del contenido y de la plataforma, y por ende, podrán hacer lo que quieran sin sorpresas.
Por supuesto, esto a nivel de página web es sencillo de implementar, pero no tanto cuando hablamos de perfiles en redes sociales, o como en este caso, de plataformas de email marketing.
Una de las principales concesiones que hicimos con la Web 3.0 fue el aceptar que fueran terceros (grandes empresas) quienes lideraran la gestión de contenido en Internet. Y esto permitió en efecto un crecimiento increíble y una democratización cada vez más asequible para el usuario de calle… a cambio, como puedes ver, de una serie de limitaciones que pueden afectar de forma directa y catastrófica a la vida de nuestra identidad digital… e incluso a nuestro negocio.
En CyberBrainers ayudamos a empresas y usuarios a prevenir, monitorizar y minimizar los daños de un ataque informático o una crisis reputacional. Si estás en esta situación, o si quieres evitar estarlo el día de mañana, escríbenos y te preparamos una serie de acciones para remediarlo.
Monitorización y escucha activa
Ponemos nuestras máquinas a escuchar para identificar potenciales fugas de información, campañas de fraude/extorsión y usurpación de identidad que estén en activo, y/o datos expuestos de ti o de tu organización.
Planes de autoridad y Presencia Digital
Ayudamos a organizaciones y particulares a definir la estrategia e implementar acciones digitales que mitiguen los posibles daños reputacionales que pueda sufrir en el futuro.
Gestión de crisis reputacionales
Cuando el mal ya está hecho, establecemos un calendario de acciones para reducir su duración e impacto, y que la organización y/o persona pueda volver a la normalidad lo antes posible.
Pablo F. Iglesias es un empresario e inversor español especializado en la Consultoría de Presencia Digital y Reputación Online, fundador de la agencia de reputación CyberBrainers, de la startup EliminamosContenido, y del sello editorial Ediciones PY. Además, es un reconocido escritor con su saga de ciencia ficción "25+1 Relatos Distópicos" y "Historias Conectadas", y la colección de fantasía épica "Memorias de Árganon". Dedica sus "horas libres" a concienciar sobre las oportunidades y riesgos del entorno digital, ya sea en charlas, talleres, sus escritos en blogs y las colaboraciones con medios de comunicación.