Hace unos meses dedicamos un monográfico en varios artículos a hablar sobre el fenómeno OnlyFans, desde diferentes puntos de vista.
El principal (al menos para la temática de lo que quiero hablar hoy) giraba alrededor de aquél órdago que se tiró la plataforma anunciando que, de la noche a la mañana, prohibiría todo el contenido explícito en sus servidores.
De pronto, la amplia mayor parte de creadores de contenido en la plataforma se quedó con una mano delante, y otra detrás. Por el simple hecho de que la amplia mayoría de esos creadores dependían 100% de una única plataforma. La misma que acaba de anunciar que los echaría de ella.
Al final, como decía, todo quedó en un susto, y analizamos también por aquí la decisión (un mero órdago para conseguir llegar a un acuerdo más ventajoso con algunos intermediarios financieros), pero como explicamos por aquél entonces, era un ejemplo más del riesgo que supone que tu negocio dependa de una única plataforma.
De poner todos los huevos en la misma cesta.
Pues estos días estamos viviendo exactamente lo mismo con otra plataforma. En este caso, con Patreon. Y mejor dicho, con Vimeo.
Me explico.
El contenido en vídeo de Patreon corre peligro
Por si no lo sabes, Patreon es la plataforma de micromecenazgo para creadores de contenido más usada del mundo.
De hecho, es justo ahí donde tenemos en la Comunidad el sistema de micromecenazgo.
Pues bien, hace unos años Patreon anunció que incluiría, dentro de las opciones de creación de contenido a la que tenemos acceso los creadores (audio, texto e imagen principalmente), un reproductor de vídeo.
Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol. Un paso lógico para ofrecer el ya tan manido contenido audiovisual en plataformas sociales.
El tema es que por detrás no fueron ellos quienes desarrollaron esa plataforma de vídeo (disclaimer: crear un servicio de consumo audiovisual no es algo precisamente fácil, como sabrán todos los desarrolladores en la sala), sino que utilizaron la infraestructura de Vimeo, uno de los gigantes de Internet, y competencia directa de Youtube.
Han pasado los años, y recientemente Patreon ha anunciado que abandonará paulatinamente la infraestructura de Vimeo para alojar, ahora sí, los vídeos en sus propios servidores.
El cambio, a priori, será transparente para el creador de contenido (los vídeos antiguos seguirán en los servidores de Vimeo, y los nuevos en ese nuevo reproductor de Patreon), pero aquí viene el problema.
Numerosos creadores de contenido, desde entonces, han empezado a recibir peticiones de Vimeo de que para recuperar el acceso a sus vídeos deben hacer previo pago unas cuantías absurdas, suscribiéndose a las versiones profesionales de dicha plataforma.
Jenny Nicholson, una de las afectadas, explicaba en un hilo de Twitter (EN) que los tipos de cuenta que le ofrecen como alternativa «son un plan Enterprise (no hay un precio indicado; debo llamar para obtener un presupuesto, pero el nivel inferior cuesta 500 dólares al mes) o un plan personalizado (lo mismo, crean un precio basado en mis estadísticas)». Y eso pese a ostentar un nivel de visitas ciertamente modesto:
I use have a paid vimeo account for the handful of patreon videos which aren’t convenient to upload to youtube, and they’ve emailed me saying that too many people have viewed my videos and they’re either going to fine me or delete my account lol
— Jenny Nicholson 🎃👻🏆🦇 (@JennyENicholson) February 14, 2022
Y no es la única.
El pasado mes de enero (EN), los responsables de Channel 5, un canal de videoperiodismo que opera desde Patreon, descubrieron que todos sus vídeos habían dejado de estar disponibles. Al haber estado aislados en un rodaje en las montañas de California, al volver se encontraron con que habían perdido medio millar de suscriptores.
Al entrar en contacto con Patreon, su contacto de soporte les explicó que el problema no era directamente con Patreon, «sino con el cargador de videos beta incrustado de Patreon, que por alguna razón, había estado utilizando Vimeo como su plataforma de alojamiento«.
Y tiene solución, claro, pero únicamente si aceptan pagar entre 8.000 y 9.000 dólares al año al haber «consumido más ancho de banda que el permitido».
Por supuesto, todo apunta a que detrás de ese ancho de banda, que claramente no es tal (hablamos de videos con varios miles de visionados, muy por debajo de lo considerado hoy en día algo grande), se esconde el fin del acuerdo con Patreon, que probablemente durante estos años corría con los gastos de la infraestructura, y la intención de la plataforma Vimeo de sacar rédito económico de todos esos usuarios que ya iban a perder de todas formas.
Y es aquí lo que me parece interesante analizar, y por dos motivos.
- El primero, por las formas: El hecho de bloquear automáticamente todo el contenido de estos canales y después pedir compensación económica por ello, argumentando para colmo que si no se paga eliminarán definitivamente el contenido, suena más a chantaje que a una necesaria acción estratégica.
- El segundo, por el contenido en sí, y es que en efecto volvemos a ver cómo, de la noche a la mañana, el trabajo de miles de creadores pende de un hilo por intereses puramente económicos… de plataformas de terceros.
Un ejemplo más de la importancia de, en la medida de lo posible, apostar por la distribución como único método eficaz para reducir la dependencia absolutista de un partner, y por ende minimizar el riesgo.
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Pablo F. Iglesias es un empresario e inversor español especializado en la Consultoría de Presencia Digital y Reputación Online, fundador de la agencia de reputación CyberBrainers, de la startup EliminamosContenido, y del sello editorial Ediciones PY. Además, es un reconocido escritor con su saga de ciencia ficción "25+1 Relatos Distópicos" y "Historias Conectadas", y la colección de fantasía épica "Memorias de Árganon". Dedica sus "horas libres" a concienciar sobre las oportunidades y riesgos del entorno digital, ya sea en charlas, talleres, sus escritos en blogs y las colaboraciones con medios de comunicación.