Algunas noticias recientes vuelven a constatar la dificultad que existe a la hora de buscar un equilibrio entre los intereses de privacidad que demandan los usuarios y la pérdida de libertades que puede llevar asociada su implementación, principalmente cuando hablamos de las stores de Android (Google Play) e iOS (App Store). Hablamos sobre el tenso debate entre privacidad e infantilización en Android e iOS
En el caso de Google, una nueva función llamada ‘Scoped Storage’ en Android 11, que entra en funcionamiento a partir del 5 de mayo, y que restringe (por motivos de privacidad y seguridad) el acceso a los archivos generados por otras aplicaciones, conlleva, de facto, que con Android 11 la mayor parte de aplicaciones de exploradores de archivos, servicios de backup o gestores de documentos dejen de funcionar (EN) debidamente.
Para solventarlo, sus desarrolladores tendrán que ponerse en contacto con Google y pedir acceso al permiso All Files Access. Algo que hasta el momento se permitía, lo que por un lado en efecto facilitaba la creación de apps de este estilo, y por otro, también posibilita la creación de apps que abusan de permisos como este para acceder a más contenido del usuario del que debieran.
Esta alerta coincide temporalmente con el surgimiento de una nueva aplicación de Telegram para Android que se distribuye mediante APK, es decir, desde fuera del market oficial de Google.
En el momento de escribir esta pieza Telegram no ha explicado los motivos, pero basta conocer un poco el roadmap de la aplicación de mensajería instantánea como para suponer que este movimiento viene incentivado en parte por la necesidad de cumplir con los criterios de contenido «ético» de la Play Store (EN), en parte por esa aparente futura funcionalidad que dotaría al servicio de una plataforma de pagos entre particulares. Una plataforma que, de meterse dentro del market oficial, requerirá que Telegram ceda el 30% de sus ingresos a Google… pero que si se utiliza desde fuera del market, se lo llevarán íntegramente.
Exactamente la misma lucha que está teniendo desde hace años la App Store de Apple con algunos desarrolladores como los chicos de Epic, creadores de Fornite. Y un tema del que ya me he pronunciado en más de una ocasión (entiendo que la plataforma cobre un % por ofrecer todo el sistema… pero a los desarrolladores independientes, que tienen menos capacidad para crear ellos por sí mismos un sistema seguro de pago, y no a los grandes desarrolladores que ya cuentan con sistemas de pago que operan en otros sistemas operativos).
Android permite que un tercero distribuya su software fuera de Google Play (aunque también te digo que ha ido paulatinamente limitando sus funcionalidades mediante una política un tanto dictatorial con los llamados Google Play Services, que por razones obvias no están disponibles en un APK), pero en iOS/iPadOS no es posible a no ser que le hagas jailbreak al dispositivo, perdiendo de facto la garantía y el soporte de la compañía.
Por último, y hablando nuevamente de iOS, estos días tras una actualización conocíamos que la aplicación de Discord en iPhone e iPad no mostraba los canales marcados como NSFW (EN/not secure for work), es decir, aquellos canales que potencialmente pueden contener contenido para adultos.
El tema es interesante porque estos mismos canales están disponibles en el resto de plataformas únicamente para los usuarios mayores de 18 años. Pero en iOS/iPadOS a partir de ahora ni siquiera los mayores de 18 años podrán acceder a ellos.
Un doble rasero muy habitual en el ecosistema Apple, que permite que algunas apps sí tengan pornografía (véase, por ejemplo, el navegador u otras apps como Reddit) y sin embargo otras no.
Tres ejemplos de cómo encontrar el equilibrio justo entre privacidad/seguridad y funcionalidad se antoja realmente complicado, máxime cuando entramos en cuestiones culturales específicas de una zona del mundo (en EEUU se escandalizan por ver un pezón, pero curiosamente fotos o vídeos que hacen apología de las armas de fuego están bien vistas, y no se marcan como NSFW).
Pablo F. Iglesias es un empresario e inversor español especializado en la Consultoría de Presencia Digital y Reputación Online, fundador de la agencia de reputación CyberBrainers, de la startup EliminamosContenido, y del sello editorial Ediciones PY. Además, es un reconocido escritor con su saga de ciencia ficción "25+1 Relatos Distópicos" y "Historias Conectadas", y la colección de fantasía épica "Memorias de Árganon". Dedica sus "horas libres" a concienciar sobre las oportunidades y riesgos del entorno digital, ya sea en charlas, talleres, sus escritos en blogs y las colaboraciones con medios de comunicación.