En agosto de 2020, Rusia aprobó su primera vacuna contra el Covid-19, Sputnik V, antes incluso de que comenzaran los ensayos de fase III. Aunque este hecho generó polémica en Europa, a principios del mes de marzo de 2021, el Comité de Medicamentos Humanos de la EMA inició su revisión para ver si la autoriza.
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Geopolítica o salud
Que el nombre de la vacuna rusa Sputnik V invoque a la carrera espacial de la década de 1950 no parece casualidad. El 12 de abril, se conmemoraba el 60 aniversario del primer vuelo tripulado al espacio y en su discurso, el presidente Putin no habló sobre la vacuna Sputnik V, sin embargo, del contexto y de su discurso, se puede interpretar el orgullo científico de su país gracias a la vacuna. Diversos sucesos lo confirman. Y es que tal y como explica Kirikk Dmitriev, ejecutivo ruso encargado de comercializar el viral, la elección Sputnik como nombre comercial hace referencia a uno de los mayores triunfos de Moscú en la competición con EE.UU. durante la Guerra Fría.
El oligopolio farmacéutico
La conformación de un oligopolio de farmacéuticas que ofrecen vacunas contra el virus, se ha convertido en una importante pieza geopolítica para las naciones de donde son originarios los laboratorios farmacéuticos. Y no es de extrañar por ello las prisas de Putin por ser el primero en tener la vacuna para doblegar el Covid-19, la Sputnik V.
Uno de ellos ocurría la semana pasada, cuando Alemania confirmó su deseo de adquirir vacunas rusas. Días después de este anuncio por parte de Alemania, la EMA anunciaba una investigación acerca de si los ensayos de la vacuna Sputnik habían cumplido pautas éticas. Expertos de la agencia europea tienen previsto viajar a Rusia para visitar las plantas de producción y hospitales rusos para poder analizar los datos clínicos disponibles.
Si bien el anuncio por parte de Alemania, apenas tuvo incidencia en redes y medios donde durante esos días se mantiene la tendencia en el número de menciones, se aprecia un aumento notable el 8 de abril, día en que la EMA anuncia la investigación. Medios de comunicación como Financial Times o la agencia de noticias Reuters hablan de coacciones a militares y empleados en las prácticas clínicas. Y Sputnik toma cierta relevancia, pero sobre todo, el alcance se consigue en medios de comunicación y la incidencia en redes sociales pasa desapercibida.
El 12 de abril, las redes sociales alcanzan el pico más importante de menciones de los últimos 30 días, coincide como ya hemos mencionado anteriormente con el 60 aniversario del vuelo espacial de Gagarin y la inmediatez de las redes sociales originan que ese mismo día ya se hable de Sputnik en twitter o Instagram. Sin embargo, el mayor alcance en medios llega un día después.
El 12 de abril también es el día en que India aprueba el uso del viral ruso y las redes se hacen eco. La segunda nación más poblada del mundo, se convierte así en el sexagésimo país en registrar Sputnik V después de los resultados positivos del estudio clínico local de fase III.
Sputnik comienza a fabricarse en Latinoamérica
El 19 de abril, Argentina inicia el debate acerca de la idoneidad de fabricar la vacuna rusa. Al día siguiente, el martes 20 de abril, El Fondo Ruso de Inversión Directa, propietario de la Sputnik V, anuncia que los Laboratorios Richmond Sacif habían producido el primer lote de vacunas. El anuncio se publicaba en la cuenta oficial de la vacuna rusa en Twitter. La noticia es bien recibida, si bien su alcance vuelve a ser mayor en medios que en redes sociales.
Durante la semana que se monitorizó la vacuna Sputnik, se obtuvieron 176.000 menciones de las cuales 45.000 fueron negativas y tan solo 25.000 positivas.
El mayor número de menciones se dio en medios y en menor medida en redes sociales, y durante este tiempo se alcanzaron 824.000 interacciones.
Las redes sociales más utilizadas fueron Twitter e Instagram.
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